¿Estamos entrando en la Edad de Oro de la Televisión Española?

Hace unos años, nos sentábamos frente al televisor y exclamábamos resignados «¡no hay nada!». Nos resignábamos a tragarnos cualquier serie, a pesar de que la fórmula estaba desgastada, era burda o, simplemente mala. Puede que se tilden de exageradas estas palabras, pero las comparaciones son odiosas. Si bien nunca se debería menospreciar el producto nacional, tan solo hay que ver el alto seguimiento de series americanas y compararlas con el seguimiento español. No se trata de índices de audiencia, se trata de impactos en la sociedad.
Desde hace diez años, las series americanas han inundado nuestras vidas. Series como Lost, Breaking Bad, Mad Men o Juego de Tronos nos han perseguido por todos los rincones de Internet, siendo seducidos por un catálogo audiovisual que aumenta cada año, apostando cada vez más por la revolución audiovisual y la calidad. De hecho, la situación es inabarcable. Tan solo tenemos que ver los últimos premios Emmy para ver la gran disputa por premios y renombre en el sector. Y ese espíritu se contagia.
Si buceamos un poco por el mundo audiovisual de nuestro país, observaremos como las tendencias televisivas están cambiando a paso agigantado. Si bien antes criticábamos la falta de calidad de nuestras series, y hablamos de calidad siguiendo los 12 criterios de Quality Television que elaboró Thompson, parece que las aguas están cambiando en España. Una vez más, la llegada de la televisión privada ha supuesto el cambio absoluto en la vertiente audiovisual.
Si tenemos que establecer un inicio, sorpresivamente hablaríamos de la serie más revolucionaria de nuestra televisión actual, El Ministerio del Tiempo. Parecía imposible que una serie española se atreviese a adentrarse en el mundo transmedia, conectando de manera directa con el público, innovando en el guion gracias a giros temporales. No hacen falta grandes efectos especiales, tan solo una buena idea y una gran manera de dirigirse al público. El Ministerio del Tiempo llama la atención de la sociedad más actual, que conecta los distintos capítulos con situaciones de nuestro día a día.
Este fenómeno ha implicado la demanda española de productos de calidad, generando confianza y una vuelta al apego por nuestra televisión. Sin embargo, mientras en la cadena pública tenemos el escopetazo de salida, ha sido la llegada de la privadas lo que está trayendo nuevos vientos a nuestra televisión. Movistar Plus, Netflix España y HBO España, las tres grandes industrias de la televisión de calidad de nuestro país. O al menos, eso pronostican los más entendidos.
Si HBO creó la Tercera Edad de Oro de la Televisión americana, una de estas tres plataformas se disputa el primer puesto en España. La oferta presentada en los últimos meses parece traer una auténtica oleada de innovación, contando con repartos de lujo y guiones arriesgados. Pero, ¿hasta dónde serán capaces de llegar?
Netflix ya lanzó Las Chicas del Cable, así como películas como Fe de Etarras y 7 años. HBO prepara una adaptación televisiva de Patria, el exitoso libro de Fernando Aramburu. Pero, sin duda, la presentación más espectacular la está elaborando Movistar Plus. Tras su paso por el Festival de San Sebastián, La Peste de Alberto Rodríguez apunta como la favorita de principios de año. Vergüenza o Mira lo que has hecho también son de las más esperadas. Pero, si queremos ir calentando motores de lo que parece el gran cambio audiovisual español, ya podemos disfrutar de Conquistadores, remontada a la época del descubrimiento de América.
Nuevos tiempos, nuevos productos y mucho trabajo detrás. ¿Llegó el momento de decir «bienvenidos a la edad de oro de la televisión española»?
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