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Wonder: amando lo extraordinario

Hay películas llenas de drama, misterio o romance. Pero también hay películas llenas de sentimiento que pretenden inspirarnos gracias a su espíritu de superación. Pequeñas historias donde conocemos como en las situaciones más adversas, el ser humano es capaz de superarlo todo gracias al amor de los más allegados. Hoy hablamos de Wonder, la película que enamoró el pasado diciembre y nos cautivó con su mensaje.

Basada en la novela homónima de R.J. Palacio, ‘Wonder: La lección de August‘, nos adentramos en la historia de Auggie, un entrañable chico que sueña con ser astronauta. Su vida es normal, llena de mucha imaginación y sensibilidad. Sin embargo, Auggie vive en un mundo protegido, alejado de las miradas de otros niños por el miedo a sus reacciones. August ha sufrido 27 operaciones a lo largo de su corta vida debido a un trastorno genético que padece. Su rostro, es distinto y su corazón enorme.

Una vez más, el lema de «la belleza está en el interior» resurge en las pantallas, intentando calar hondo en la mente de los espectadores. Una vez más, vemos la crueldad de las personas, que se mofan o compadecen de Auggie tan solo por ser distinto. Con 10 años vivirá su primera experiencia en el colegio, rodeado de niños de su edad. Nos gusta ver los distintos puntos de vista de aquellos que viven con Auggie, una manera eficaz de completar la historia y observar la trama desde varios ángulos.

Un drama de superación personal que sirven para limpiarte un poco el alma, con la esperanza de que estas historias lleguen a la sociedad, alejando el dolor y la necedad de las personas. Auggie es el centro de la vida de su familia, sobreprotegido por su condición. Su hermana sufre el desplazamiento, pero comprende que sus padres están por y para su hermano pequeño.

El director Stephen Chbosky nos lleva a un drama amable, en el que entendemos el dolor de distintos personajes, ahondamos en las diferencias, en la problemática del acoso escolar y en la virtud de la superación. Al final, este entretenido film nos consigue emocionar por su sencillez y su moraleja: hasta el ser más pequeño y distinto puede ser extraordinario.

 

 

 

 

Irene del Río Ver todo

Periodista cultureta. Soy la brújula que marca su propio destino.

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