‘Postcards from London’ y la belleza del Soho londinense

Jim (Harris Dickinson) es un joven que harto de la situación de estancamiento que se encuentra en su familia, decide coger las maletas y probar suerte en Londres. Allí la cosa no irá mucho mejor, pero la vida le cambiará cuando conozca a un grupo de escorts masculinos que le enseñarán el tórrido trabajo del ‘conversador’. Pronto, el joven se convertirá en todo un reclamo para una clientela más exclusiva y acostumbrada a visitar el Soho londinense en busca de placer carnal e intelectual.

‘Postcards from London‘, dirigida por Steve McLean, es todo un canto al arte, las referencias a diferentes artistas son constantes, haciendo especial hincapié en la figura de Caravaggio.

El espectador no tardará en comprender que al protagonista le ocurre algo entorno a esta figura, comenzando así un hilarante progreso del metraje donde cuanto más absurdo es todo, más divertido parece.

La escenografía está cuidada hasta el milímetro proporcionándole al juego de luces un valor muy significativo dentro de la obra.

“La belleza siempre deber ser intensa. La belleza siempre debe ser peligrosa”, reza uno de los personajes en un momento de la película y como un mantra que se repite constantemente la belleza es como un personaje más, presente en cada momento. Los personajes viven para y por el arte: el arte se respira en cada rincón de los suburbios del Soho, el arte se ve en cada museo y en cada libro de historia, el arte se siente en el mismo Dickinson.

Para terminar de rizar el rizo de esta peculiar historia, McLean mete en juego una enfermedad mental que dará muchos momentos divertidos y sin la cual, parte de la película no tendría sentido.