‘Justo antes de Cristo’: ¡Me cago en la loba!

Cada vez que se estrena una comedia, admito que nunca espero demasiado. Miro con recelo el catálogo de Movistar Plus y me dispongo a ver su nuevo estreno, ‘Justo antes de Cristo’, creada por Pepón Montero y Juan Maidagán. Admito que soy una amante de la cultura clásica, así que no he podido evitar acercarme a esta serie con cierto interés, dispuesta a buscar errores que me generen malestar y que deberían ser evidentes para cualquier conocedor de la historia. El resultado ha sido una carcajada continua, una serie llena de dardos llenos de humor que han conseguido conquistarme.

Los creadores de la famosa Camera Café, han vuelto y lo han hecho a lo grande. Han tenido la osadía y el acierto de poner en el asador todo su ingenio. Y lo han bordado, vaya que si lo han bordado. Nos situamos en un campamento militar. Una guerra civil acecha a Roma, mientras que los soldados se protegen de los habitantes de la vieja Tracia. De pronto, el enclave se convierte en un conjunto de guiños llenos de comedia a las costumbres romanas, mezclados con esos típicos golpes de humor inglés que tanto nos recuerdan a los Monty Phyton. ¿Cuál es el día a día de un general romano?

Hablemos ahora de los actores. Si bien César Sarachu es un éxito asegurado, y Cecilia Freire consigue enamorar a la pantalla; lo de Julián López es de otro universo. El de la ficción, un antihéroe de libro, ha desarrollado en nosotros un especial cariño. Al fin y al cabo, su labia es gracias al ilustre Cicerón, profesor durante su periodo educativo, aunque tan solo haya ido a dos de sus clases. Es mágico, es humano y es débil. Y eso, lo convierte en el protagonista perfecto para una historia que no parecía escrita para él. Al fin y al cabo, ¿qué alternativa hay al honor?

Y al final, ‘Justo antes de Cristo’ no solo nos habla de la Historia Antigua, sino también de la vida cotidiana que, en múltiples ocasiones, bien podría trasladarse metafóricamente a la nuestra. Parece que la vida no ha cambiado mucho a pesar del paso de los siglos. Otro punto a favor radica en el lenguaje, adaptando expresiones a las costumbres pasadas. Sí, ese “me cago en la loba” produce adicción.

Sí, ha sido un trabajo excelente. Seis capítulos llenos de amor por Roma, por sus tradiciones y obsesiones (familia, ejército, política y honor), por sus vicios y sus rarezas. Y mientras una especie de Astérix y Obelix a la romana se cuece frente a las cámaras, nos llegan píldoras de una ardua investigación realizada por sus autores. Sí, estoy convencida de que se trata de la nueva comedia de éxito de la plataforma.

No hay nada que hacer, solo dejarse llevar por la magia. Siéntate a disfrutar de un reto único y que enamorará tanto a aquellos que se acerquen con curiosidad, como al amante de las letras clásicas. ¡Están locos estos romanos!