The Good Fight (Temporada 3): Aún queda esperanza

Si por algo se ha definido esta temporada ha sido, sin lugar a duda, por su originalidad. De nuevo, Diane Lockhart se sitúa como el hilo conductor de cada capítulo, con su trabajo diario en el bufete de abogados del que es socia y su odio férreo a Donald Trump. En esta ocasión, nos hemos adentrado en la lucha social de forma más definitiva, dejando claro que el cambio es necesario en la sociedad. Pero, ¿qué ocurre cuando lo legal también falla?
The Good Fight tiene algo que consigue enganchar a la perfección al público, ha adoptado un sello de identidad propio y sigue jugando con nuevas fórmulas que la ayudan a convertirse en un producto creativo, mucho más allá de la típica serie sobre abogados. Nos ayuda a reflexionar sobre la sociedad más actual y derrocha imaginación. Esta temporada, las canciones y los videoclips animados han jugado un papel esencial, ya sea para hablar del Gobierno como para trámites legales que pueden resultar difíciles de entender por el público. Ha ayudado a darle un golpe de humor a cada trama y ha encajado a la perfección con la consecución de los episodios.
Sinceramente, tengo debilidad por esta serie. Habla de la raza, de la lucha de clases, de la mujer, de los abusos sexuales. ¿Habrá algo más actual y más necesario? Y, sobre todo, habla de la lucha silenciosa, de cómo hacerle frente a una sociedad que parece al borde del abismo. Se acercan las elecciones y Estados Unidos tiembla (o no) por lo que puede acercarse al poder.
Por otro lado, la llegada de Michael Sheen a la ficción es un golpe de aire fresco y extravagante que le ha dado mucho juego a la temporada. Ha sido el gran golpe de efecto a una serie que temía caer en la monotonía (más allá de la lucha secreta de Diane) y que nos ha dejado ver el lado más oscuro de la abogacía. Eso sí, queda patente que el papel de Rose Leslie en la ficción tiene sus días contados. Maia Rindell ha sido un personaje fugaz y cuya línea ya no tiene interés para el público.
Da miedo lo que nos depara la cuarta temporada, pero nos ha dejado la promesa de un inicio impactante. ¿Qué será del honor del bufete? ¿Estará bien Diane? El mundo parece que se cae, pero siempre queda esperanza. Mientras tanto, la lucha silenciosa sigue avanzando, y la justicia…bueno, ¿existen verdades absolutas? Nada es blanco o negro.
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