‘Yesterday’: un canto de amor al legado de los Beatles

Mi salida del cine tras ver ‘Yesterday‘, la película recién estrenada de Danny Boyle, desembocó en una ardua discusión sobre cuál era el mejor grupo de música de la historia. Ah, la eterna pregunta. No voy a negarlo, dije que indudablemente eran los Beatles, y más cuando mi padre, que seguro que leerá este artículo, es un fanático los de de Liverpool. Tras años y años escuchando una canción tras otra todos los domingos, era inevitable que germinara la semilla de amor por el grupo británico, su leyenda y el significado de sus canciones. Recuerdo el día en el que, orgulloso, mi padre me enseñó la primera cinta que consiguió, una reliquia que sigue atesorando. Documentales, películas y discos se agolpan en las estanterías de cientos de Beatlemaníacos, que siguen riendo las extrañas teorías que se formularon con el paso de los años, siendo la más famosa que Paul McCartney está muerto y, en realidad, quien nos acompaña en la actualidad no es más que un imitador.
Así ha sido mi infancia, pero también la vida de cientos de amantes de los Beatles en todo el mundo. Y eso es lo que recoge en esencia la película de Boyle, la admiración completa y devota por el grupo, al que le ha dedicado una historia donde su música es el hilo conductor de cada escena. Himesh Patel se mete en la piel de Jack, un cantante que lucha por convertirse en un famoso músico. Sin embargo, sus canciones no tienen la fuerza necesaria para hacerse populares y llamar la atención de las discográficas. Lo imposible sucede una noche cuando, por azares del destino, el mundo decide olvidar ciertas cosas presentes en nuestras vidas, entre ellas, toda la obra compuesta por el grupo británico. La fortuna le sonríe a Jack cuando, para ganar fama mundial, decide tomar por suyas las canciones de los Beatles para, así, hacer realidad su sueño.
Bien podría tratarse de una clásica comedia británica a la altura de Cuatro bodas y un funeral o Notting Hill, pero le falta una pizca de ingenio y frescura para convertirla en un éxito completo. La historia principal, en sí, se nos hace ya un poco cliché, el típico conflicto interno de un hombre que debe elegir cuál es su destino. Boyle se lanza a un desafío completo, una comedia romántica que fluye libremente pero que se queda un poco corta a la hora de innovar. La aparición de Ed Sheeran resulta cómica, pero el papel de villana de Kate McKinnon se queda corta a pesar de su potencial. Y si tenemos que hablar de la otra figura del tándem principal, Ellie (Lily James), no podemos negar que es encantadora.
Conforme va avanzando la trama, la película va conquistándote. Las canciones, las apariciones, los guiños a la industria y las pérdidas de cosas tan naturales dentro de nuestra cultura pop. La banda sonora está perfectamente encuadrada, aunque admitimos que nos encantaría poder disfrutar de más canciones de los Beatles. Es inspiradora y nos da una lección muy importante: a veces, la felicidad se encuentra más cerca de lo que pensamos.
Una película que disfrutar y sin muchas pretensiones, tan solo dejarse llevar por la música y una historia amable sin demasiados conflictos. Está claro que, sean los mejores o no, la vida sin los Beatles es mucho más triste y su papel en la evolución de la música hasta nuestros días es indiscutible. Recordad, All you need is love.
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