‘Malaka’: crimen con sabor andaluz

La vuelta al cole de las series también ha dado comienzo. «Septubre«, como se conoce popularmente a esta etapa de regreso de ficciones y estrenos indiscriminados en plataformas, canales privados y públicos, trae muchas novedades y no solo en la televisión americana, sino también en la de nuestro país. ‘Malaka‘ es una de las apuestas con las que TVE pretende hacer un punto de inflexión en su programación, sumándose a la oleada de thrillers españoles como ‘Hierro‘, que llegaba hace unos meses a Movistar Plus y ha sido muy alabada por la crítica.
Nos adentramos en Andalucía, concretamente en Málaga, donde Maggie Civantos y Salva Reina dan vida a los protagonistas de este thriller policíaco. Darío (Reina) hace ya mucho que está sumergido en las profundidades de las calles, conociendo cómo se mueve el lado oscuro de la ciudad, evitando guerras entre bandas. Blanca (Civantos) vuelve a Málaga después de muchos años en Madrid, intentando reconectar con su padre y arrastrando una terrible carga. Ambos serán los encargados de investigar la desaparición de la hija de un importante empresario de la ciudad, que quiere sacar adelante un proyecto que promete cambios en Málaga.
Puede resultar un poco lenta pero poco a poco va ganando soltura conforme va avanzando la trama. Salva Reina consigue conquistar a la cámara, metiéndose de lleno en la interpretación de un papel dramático pero con chispa, pequeños dejes cómicos que tanto nos gustan, un toque ácido en mitad de un ambiente de tensión y que sirve a la perfección para que respire la escena. Igualmente, Tota (Laura Baena Torres) consigue impactar en el espectador, ganándose al público por su personalidad y su interpretación estelar. No hay héroes. No hay villanos. Hay supervivencia en un mundo hostil. Daniel Corpas y Samuel Pinazo, responsables de esta ficción, parecen haber dado con la clave del thriller de calidad.
El retrato que la ficción hace del narcotráfico y marginalidad es detallista, metiéndonos de lleno en sus reglas, en su oscuridad y sus costumbres. Gato, como conocen a Darío entre las bandas, será el encargado de enseñarnos ese mundo donde las reglas están al margen de la ley, donde los ataques son diarios y la supervivencia es su lema. Y tan detallista es el escenario como lo es la forma en la que se graban las escenas, cámara al hombro para prometer tensión, guiándonos por la trama, enseñándonos aspectos clave de la historia.
Por un lado, nos va definiendo a la perfección la personalidad de los protagonistas. Por otro lado, reparamos en pequeños aspectos del capítulo, que logran marcar la diferencia y sumergirnos por completo en ‘Malaka’. Es televisión de calidad, una ficción que perfectamente podríamos encontrar en una de las plataformas líderes de nuestro país y perfectamente resaltable por la crítica. Y solo hay que fijarse en el idioma, en el cuidado con el que se utilizan expresiones típicas del sur, para entender que estamos ante un estudio minucioso del ecosistema en el que se desarrolla la trama. «Ahora después», «Mascón», «Perita».
No podía finalizar este artículo sin dar un pequeño aplauso por dejar hablar a voces andaluzas, acentos e interpretaciones espectaculares. Plagada de guiños a la casa de la ficción, nombrando a Masterchef o dejando ver el Ministerio del Tiempo en una televisión, ‘Malaka ha conseguido llamar nuestra atención, todo un reto para la televisión pública, que se enfrenta a la competencia de cadenas privadas y plataformas. Se avecinan nuevos vientos, esta vez sureños, y parece que vienen para dejar huella. Ahora, solo nos queda ver cómo continuará esta historia.
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