La Directora de Orquesta, la respuesta a los que dicen que la lucha por la igualdad ha llegado a su fin

¿Cuántas mujeres están entre los 50 mejores directores de orquesta? ¿Cuántas orquestas con una mujer como titular están en el ranking? La respuesta es 0. Un dato curioso si nos paramos a pensar que estamos en el S.XXI, y que en la historia ha habido mujeres que han luchado por abrirse camino en un mundo que, obviamente, está en manos masculinas.
El viernes llegó a las salas de cine ‘La Directora de Orquesta’, una película de producción Holandesa que cuenta la historia de Antonia Brico, una mujer que en 1926 luchó contra todo y contra todos para poder hacer realidad su sueño de dirigir una orquesta. Lo consiguió, convirtiéndose en la primera mujer en dirigir a la Sinfónica de Berlín.
En este biopic, dirigido por María Peters, seguro que embellece una lucha que se refleja en el film. La historia comienza con una joven que sueña con emular a los directores que van al teatro donde trabaja como acomodadora, que ve como cada intento por crecer como profesional de la música se ve condicionado por ser mujer.
Hombres brillantes que a pesar de aceptarla bajo su tutela no confían en que pueda llegar a ponerse delante de unos músicos y dirija una sinfonía. Además en medio de una batalla entre el mundo de las artes y Brico, la joven descubre un secreto familiar qué le hará tambalear su vida.
Las subtramas también ayudan a enriquecer un guión que es fácil de seguir y que engancha al espectador. Puede que no vayamos a encontrar muchos planos complicados, pero a la película no le hacen falta. El uso de los primeros planos y el plano medio acompaña muy bien a una narración que hace pensar a quien está sentado en la butaca.
Si destacamos la actuación de Christianne de Bruijn, que encarna a Antonia, no podemos olvidarnos de Benjamin Wainwright. El actor británico es el encargado de interpretar a Frank Thomsen, el coprotagonista junto a Brico de la trama romántica. Esta le insufla sentimiento y ternura a una película que es dura en ciertos momentos. Además ambos son los protagonistas de la escena más significativa de este largometraje, en la que él sentado frente al escenario contempla a la directora mientras actúa con una orquesta exclusivamente femenina. Seguro que el espectador sabrá de la importancia cuando vea la película.
Con un cariz reivindicativo, en lo que a igualdad en el mundo de la música se refiere, este tributo a Antonia de Brico nos acerca a un personaje desconocido para muchos y que no por ello deja de ser relevante para la historia.
Antonia y Frank
La trama romántica merece a parte para hablar de cómo ambos personajes dibujaron roles muy interesantes, enmarcados en una sociedad complicada para la mujer.
Aunque la historia no comienza con buen pie, es el amor por la música los va uniendo poco a poco. Pero sobre todo la visión de Antonia es lo que llama la atención de Frank. Aunque todo parece bonito y perfecto entre ambos el circulo social de él le obliga a cumplir ciertas expectativas, lo que acaba arruinando una historia que a pesar de tener una final ha condicionará el futuro de ambos. Mientras ella llega a replantearse su decisión de dejarlo todo por la música, el comprende que un matrimonio hubiera acabado con las esperanzas de dirigir. Conocedor de su talento, y herido por perder a la mujer que quiere, nos regala uno de los momentos más decisivos de la película. Una silla, un escenario, una orquesta sinfónica y una historia de amor imposible. Un detalle que invito a todos los espectadores a observar cuando vean este film.
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