‘Paradise Hills’, el internado perfecto con Emma Roberts, cosas cuquis y un secreto oscuro

Seamos sinceros. ‘Paradise Hills’ no pasará a ninguna lista de las mejores películas de la historia y la poca publicidad que le han dado, por no decir prácticamente ninguna, tampoco ayudará pero, a nosotros nos ha encantado. Su estética, el abanico de caras conocidas, el mensaje y sobre todo ella, la diva, Emma Roberts.
Uma (Emma Roberts) amanece un día en Paradise, un internado para niñas ricas ubicado en mitad de una isla del que será muy difícil escapar. Aquí conocerá a otras jóvenes como Amarna (Eiza González), Yu (Awkwiafina) o Chloe (Danielle Macdonald) a las que sus familias mandarán para que, bajo la supervisión de la Duquesa (Mila Jovovich), corrijan cosas de sus conductas o de sus físicos para convertirse en las mujeres perfectas. Pero pronto descubrirán que tras las clases de yoga, de saber estar o de maquillaje hay un oscuro secreto que las perseguirá.
Detrás de esta propuesta llena de fantasía, tonos pasteles y cosas cuquis se encuentra la bilbaína Alice Waddington que, aún siendo su ópera prima, consigue crear un ambiente futurista a la par que barroco maridado con un juego de luces, vestuario y arquitectura exquisita.
Por ponerle algún pero a esta magnífica obra de arte hecha regalito para los seguidores de Roberts, ciertos giros del guion, sobre todo en la parte final, son bastante predecibles y el claro mensaje feminista que muestran, en algunos puntos parece forzado.
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