Criminal: confesiones en la sala de interrogatorios

España se suma a la tendencia de la factoría Criminal. Una sala de interrogatorios, un equipo de policías, un acusado. No hace falta nada más para desarrollar la acción. Bueno sí, un gran guion y una interpretación digna de acaparar la atención del público. Tres capítulos han bastado para conseguir que la miniserie de Netflix consiga captar la atención de la crítica, trayendo a un equipo de la talla de Emma Suárez, Inma Cuesta, Carmen Machi y Eduard Fernández.

En Netflix ya puedes disfrutar de las versiones de Alemania, Francia y Reino Unido, que cuenta con la interpretación del impresionante David Tennant. Jim Field Smith y George Kay han creado un proyecto único, donde los capítulos se ven conectados por una sala de
interrogatorios, siendo la pieza angular en cada país, el punto de partida para un episodio de infarto. Un único espacio para desarrollar la trama. Tres capítulos para cada país. Todo un reto.

En un panorama teatral, los actores tienen la oportunidad de mostrar su talento frente a la cámara. Asistimos a un devenir sinuoso, donde conectamos con los policías y, a su vez, nos dejamos llevar por el cinismo, la cruda realidad y un guion impecable. En plena época en el que las series sobre asesinos están de moda, es difícil dar con la tecla de un show revolucionario. Criminal intenta hacer lo imposible, contando con la máxima calidad en sus capítulos. Dirigidos por Mariano Barroso y escritos por Manuel Martín Cuenca y Alejandro Hernández, así como la elección de un reparto de lujo, han hecho que Criminal se convierta en un auténtico atractivo entre las series del género, apostando por la máxima calidad.

Una mujer obsesionada e inspiradora, una joven maltratada y acomplejada, un capo de la droga. Los acusados están sentados a la mesa, observados tras un espejo, juzgados hasta la última instancia. ¿Cuál es el motivo? ¿Son culpable? ¿Qué esconde cada sonrisa, cada mirada de soslayo? Y el morbo, la verdad y la mentalidad más retorcida. Criminal atrapada, te deja con ganas de mucho más y nos lleva a hacernos preguntas. ¿Qué somos capaces de hacer? Y, ¿qué ocurre cuando te tomas la justicia por tu mano? Juzguen ustedes mismos.