‘Bridget Jones’ Baby’, no hay dos sin tres

A principio de la década del 2000 una jovencísima Renée Zellweger se metía en la piel de una treintañera soltera y llena de complejos, cuya vida sentimental era un desastre. Con sólo dos ambiciones en la vida (adelgazar y encontrar el amor verdadero), Bridget Jones llegaba como un torrente de aire fresco con regusto a conocido. Convirtiéndose en la voz de la conciencia de mucha personas que se debatían entre banalidades tan cotidianas como elegir entre un tanga sexy o una faja para ir a una cita.
La deslenguada Jones verá como su vida amorosa se complica al tener que decidir entre Daniel Cleaver (Hugh Grant), un Don Juan acostumbrado a conseguir todo lo que quiere; y Mark Darcy (Colin Firth), un amigo de la familia que de primeras no parecía ser el prototipo de Jones.
Tras muchos vaivenes, cigarros, dietas milagrosas para adelgazar y llantos, nuestra protagonista conseguirá ser feliz junto a Darcy, pero como no todo podría ser un camino de rosas, en la segunda entrega de las adaptaciones de las novelas de Helen Fielding, Bridget y Mr. Darcy tendrán una gran crisis que hará que la treintañera se replanteé las prioridades de su vida y, si sigue Daniel, su antiguo jefe, en ella.
Pero como no hay dos sin tres, algo más de una década después (2016) de que la excéntrica Bridget Jones llegase a nuestras vidas, se anunció ‘Bridget Jones’s Baby’, la película dirigida por Sharon Maguire prometía ser el gran final que el público necesitaba, porque siendo sinceros, esta tercera película era innecesaria, pero ¿y lo bien que sienta saber que, como el resto de los mundanos, Jones sigue tropezando con la misma piedra una vez tras otra?
La conocida rubia seguirá en su línea y tras desfasarse en una fiesta, acabará con un desconocido (Patrick Dempsey) y a los días con su ex marido, por lo que cuando descubre que está embarazada podemos entender la cantidad de líos que se le pasarán por la cabeza.
Quizás estemos ante la parte más predecible de la historia de Bridget Jones pero no obstante se disfruta igualmente al ofrecer lo que promete, una comedia sin muchas pretensiones repleta de grandes dosis de drama y romance a partes iguales.
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