‘Killing Eve’ (T3): humanizando a Villanelle

Hace tres años, Phoebe Waller-Bridge, la mente maestra tras Fleabag (y también su protagonista) se atrevía a dar un nuevo salto en su carrera. Dejando atrás un discurso personal y profundo como la serie de éxito de la BBC y Amazon Studios, Se atrevía a adaptar las novelas de Luke Jennings Codename Villanelle. Su primera temporada fue un auténtico torbellino de ingenio, humor negro y sorpresa. Sandra Oh, que interpreta a Eve, y Jodie Comer, Villanelle, se convirtieron en un nuevo dúo esencial de la televisión. Tras dos divertidas y fascinantes primeras partes, Killing Eve vuelve con una tercera para adentrarnos aún más en la psique de Villanelle, aunque el formato comienza a flojear.
La segunda temporada de Killing Eve nos dejó con una gran incógnita. ¿Había acabado Villanelle con Eve? Tras dispararle en Italia y marcharse sin mirar atrás, el final de la trama parecía haber llegado. Pero no era el adiós. De vuelta a Londres, Eve vive oculta, manteniendo un perfil bajo en las cocinas de un restaurante asiático. Lo ha perdido absolutamente todo, su trabajo, su marido, su «obsesión». Incapaz de superar todo lo que ha sucedido. Sin embargo, no era el final de ellas. Una muerte vendrá una vez más a sacudirlo todo.
La guerra entre los doce y el MI6 continúa, las piezas siguen girando, sacudiendo los cimientos de los poderes conocidos. Carolyn y Konstantin se encuentran en su momento más tenso, perdidos y con miedo a su futuro profesional y personal. ¿Y Villanelle? Creyendo que ha finalizado su historia con Eve, pronto volverá a estar relacionada con los Doce, a los que les pedirá ser Guardiana. Pero, ¿Serán capaces de vivir Eve y Villanelle de vivir la una sin la otra?
Ocho episodios de acción y humor negro han vuelto a situar a Killing Eve para convertirse en uno de los buques insignes de HBO. En esta ocasión, cambia la dinámica establecida en las anteriores temporadas. Puede que el cambio de guionista (ahora a cargo de Suzzane Heathcore) haya tenido algo que ver, puede que ya la relación entre Villanelle y Eve no resulta tan excitante. El problema principal es que vemos como el ritmo de progresión se estanca. Ya no vemos ese «Atrápame si puedes«, solo nos queda esa relación inevitable donde la codependencia y la obsesión se mezclan.
Bien es cierto que esta nueva temporada nos traen rupturas por completo de la historia, pérdidas que afectan a nuestras protagonistas, pero no avanzan a la hora de explorar la relación entre Villanelle y Eve. Sentimos como si estuviéramos en un mismo punto que temporadas anteriores, salvo que en esa ocasión, Heathcore se detiene a explorar el lado más humano de Villanelle. ¿La asesina puede dejar de asesinar? ¿La asesina pude sentir culpa? Definimos al monstruo. Y si aún hay esperanzas para que vuelva a contar con la frescura y la acción, es el final, los últimos cinco minutos finales que nos abren a un mundo de posibilidades. Porque, ¿y ahora qué?
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