Curb your enthusiasm (T10) : la tragicomedia de las pequeñas cosas

Larry David sigue en perfecta forma. Su serie estrella, en la que se versiona a sí mismo, cuenta ya con diez temporadas a las espaldas, así como con la gran aceptación de la crítica. Un año más, está nominada a los Premios Emmy y no parece que esta historia vaya a tener un final próximo. Siempre ojo a vizor a las tendencias del último año, la serie adapta los temas que más han dado que hablar y son llevados a la acción por el terrible Larry.

Todos hemos conocido a un Larry David. Todos hemos sido un poco Larry David. Pero, ¿cómo se puede ser tan impertinente? Es incómodo, desagradable, incorrecto y malhumorado. Nada ha cambiado en estas diez temporadas y ahí reside la gracia, no aprende. Nos cruzamos con este personaje y lo maldecimos entre dientes, pero no podemos evitar ver como Larry sigue tropezando con la misma piedra.

En esta ocasión, hablamos un poco de la cultura de la cancelación. ¿Qué pensáis sobre los boicots a personajes públicos o tendencias? Alejándose de los casos más extremos, el problema principal de Larry esta temporada es una cafetería. Y sí, también se ha visto salpicado por los escándalos sexuales. Malentendidos, tropiezos y actos deliberados. Vemos la tragedia en que una mesa cojee, el disgusto por un café templado. Nada parece terminar agradar a Larry.

Y nosotros gozamos viendo cómo pierde dinero, es odiado por todos y acaba incomodando a cada personaje. Y ahí reside la gracia, una comedia cuya mecánica es la misma pero que sigue funcionando a la perfección. La tragicomedia de las pequeñas cosas, la revolución de la sitcom centrada no en la rutina, sino en la actualidad. Y una vez más, el ciclo se repite.