‘Un lugar para soñar’: fórmulas que funcionan aunque se caiga en el cliché


Si seguís Cultureca, sabréis que somos fieles defensores de los guilty pleasure (aunque provoquen algo de vergüenza ajena, no se puede tener todo, chicos). Hoy, entre tanta serie y película lista para la Spooky Season, nos hemos levantado románticos. Sí, amigos, hoy nos ha dado por volver a tener fe en las personas (y mira que se han hecho Trending Topic las estúpidas declaraciones de un médico recomendando Listerine para duchas vaginales) y en el amor. ¿Necesitas una serie con la que despejar tu mente, con pequeñas dosis de drama en un pueblo perdido de Estados Unidos? Lo prometido es deuda, hoy hablamos de ‘Un lugar para soñar’, basada en las novelas de Virgin Rivers de Robyn Carr. Nos busques novedades, solo relájate y disfruta.
Mel Monroe (Alexandra Brackenridge) está buscando un cambio en su vida, un poco de aire puro después de una gran sacudida emocional. Tal ha sido el golpe que decide dejarlo absolutamente todo, a su familia, a sus amigos y su exitoso puesto en Los Angeles como enfermera. Ha decidido ejercer su profesión en un lugar recóndito en el que empezar de cero o, al menos, despejarse. Allí, en Virgin Rivers, donde los vecinos se saludan y conocen por sus nombres, no como en la ajetreada L.A. Sin embargo, nada será lo que espera. El hogar de ensueño que le esperaba no es más que una casa destartalada y el sabio médico que la contrataba no es más que un viejo huraño sin ganas de tratar con desconocidos. Mel parece haberse topado con un muro cuando conoce a Jack (Martin Henderson), el propietario del restaurante del local y ex marine.
Por supuesto, hemos visto todo lo que teníamos que ver de este tipo de series. Doctor en Alaska, Doctora en Alabama, Everwood…¿os suenan? Son títulos de una temática similar, características muy parecida y, en esencia, buscan ayudarnos a desconectar llevándonos a un pueblecito perdido de todo, donde la rutina y el caos de la gran ciudad están muy lejos. ¿O acaso no adoramos Stars Hollow y desearíamos vivir en el idílico hogar de las Chicas Gilmore? Una historia que hemos visto ya un trillón de veces en series y películas pero que no nos importa volver a ver. No todo va a ser una serie de culto, chicos. Desconectar con una serie entretenida nos ayuda a sobrevivir al día a día.
Total, Virgin Rivers nos devuelve el típico “chica de ciudad llega a un pueblo con tradiciones y normas ajenas a la de la gran ciudad y debe adaptarse”. Pronto, el pueblo aprenderá que Mel también tiene su lugar en Virgin Rivers y que, para ella, ese lugar no es más que un cobijo y medicina natural. Pero, ¿qué tendrán estos idílicos pueblos que acaban enamorándonos perdidamente? ¿Cómo los pequeños sucesos de un lugar en el que todos se conocen se convierten en un pequeño tesoro? Confieso que me encantaría tener la suerte de Mel o Lorelai, apartarme de todo, abrir un pequeño negocio y vivir las pequeñas cosas del día a día. ¿Será el ajetreo de la gran ciudad lo que nos enamora de estos parajes?
‘Un lugar para soñar’ tiene las dosis de drama, risa y amor justas para hacerse amena. Un placer culpable que nos llevará a conocer mucho más sobre Mel y a hacernos confiar en que todo puede superarse. Predecible, por supuesto. Nada nuevo, evidentemente. Pero funciona y construye un relato que acaba enganchando. Tal vez, buscar de vez en cuando la felicidad en las pequeñas cosas, no sea mala idea. Y esta serie es un pequeño parón en el camino.
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