‘El padre’: Anthony Hopkins deslumbra con uno de los mejores papeles de su carrera

La carrera hacia los Oscar está en su momento más álgido. Esta semana, sabremos quienes serán los grandes galardonados en un certamen marcado por la pandemia, la ausencia de público en las salas de cine y la necesidad de entretenimiento por parte de la población. Si hay ido al cine o no, títulos como Minari, Nomadland, Sound of metal o El juicio de los 7 de Chicago deberían sonarte. Hoy, hablamos sobre ‘El Padre’, el título que ha conseguido volver a situar a Sir Anthony Hopkins como un referente entre los intérpretes.
Una historia compleja, dura, emocional, mezclando el suspense con una historia puramente dramática. Estamos tan perdidos como el protagonista, aprendiendo poco a poco diferenciar la realidad de la ficción, de la mezcla de recuerdos, de qué ocurre realmente y dónde se encuentre. Vemos como el bucle se reiniciar una y otra vez, momentos repetitivos para no desorientar pero que, a su vez, terminan confundiendo. ¿Qué es pasado, presente o futuro? ¿Ese cuadro estaba en su sitio ayer? Música clásica, pollo para cenar, la visita de una nueva cuidadora. Anthony (Anthony Hopkins) está sufriendo pérdidas de memoria y su hija ya no sabe qué hacer para ofrecerle la mejor atención.

Florian Zeller se ha atrevido a contarnos una de las grandes tristezas del siglo XXI, el duro e implacable viaje que produce una enfermedad como es el Alzheimer. No tiene fisuras, no tiene nada malo que destacar. Es una película tan bien construida, una película tan completa e inmersiva, que solo tengo aplausos para ella. El espectador experimenta la visión de Anthony gracias a su montaje, sufre el dolor de su familia a través de los ojos de su hija (la fabulosa Olivia Colman), vemos los cambios de humor en el paciente, comprendemos y odiamos la rabia de los que lo rodean, frustrados ante la imposibilidad de continuar y cómo golpea sus vidas.
No es la primera vez que alguien se atreve a contar la historia de esta terrible enfermedad, pero es muy interesante el recurso utilizado por parte de Zeller para contar el enrevesado proceso que se produce en la mente, cómo se van desintegrando los recuerdos y se confunden los rostros, las palabras, los hechos, lo que nos rodea. Un auténtico infierno ocultado tras sonrisas falsas. Poco a poco, va dejando de estar claro qué es realidad y qué es confusión, dejando al espectador completamente abatido, agobiado por las circunstancias, observando de cerca el sufrimiento de Anthony. Un drama para el que hay que estar preparado, pero que nos da una visión cercana, dura y veraz de esta terrible enfermedad, con un Anthony Hopkins sublime, interpretando uno de los mejores papeles de su carrera.
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