‘Sound of metal’: el sonido del silencio

A pocas horas de que la gala de los Premios Oscar se lleve a cabo, seguimos repasando algunos de los filmes que postulan por el premio a la mejor película. Hablamos de la apuesta de Amazon Studios, ‘Sound of Metal‘, el primer largometraje de ficción de Darius Morder en el que consigue adentrarnos en una historia profunda y emotiva. Riz Ahmed se mete en la piel de Ruben, un músico atormentado que recibirá una noticia que cambiará por completo su vida. 

Un dúo de rock, una gira por Estados Unidos. Todo va viento en popa para Lou y Ruben, una pareja que por fin ve cómo sus objetivos musicales comienzan a cumplirse. Sin embargo, todo está a punto de salirse de su ruta. El golpe de la batería, el sonido absorbente de los altavoces a toda potencia. Ruben ha empezado a perder audición. Esto lo llevará a volver a enfrentarse con su lado más oscuro, su adicción a las drogas y su forma de afrontar la vida. 

El ritmo resulta al principio tedioso, no tanto por los silencios sino por la falta de acción y de apego a los personajes principales. No sabemos nada de ellos, no conocemos realmente su impacto, sus circunstancias, su peso en el mundo  de la música. No es hasta que Ruben decide establecerse junto a una comunidad de sordos cuando empezamos a sumergirnos en la trama. La vibración de un tobogán de metal puede arrojar luz y música en mitad del silencio.

Al final, somos testigos del viaje, del cambio vital que sufre Ruben y con el que debe aprender a convivir. No es tanto el valor de la música como hilo conductor en la historia, sino cómo una elección de vida cambia irremediablemente. Una mutación completa que acaba dándole un nuevo sentido a su vida, una nueva visión del mundo.

Aunque ‘Sound of metal’ no resulta la apuesta más revolucionaria de los Oscar, Riz Ahmed defiende muy bien su papel protagonista. Por otro lado, aunque desde el principio intuimos su final, comprendemos que va más allá de las vivencias del personaje, sino de aprender a captar lo que nos rodea a través de otros ojos, con unos diez minutos finales llenos de emoción.