Eurovisión Junior, jarro de agua fría para la nueva delegación española en una edición llena de diversidad

El pasado 19 de diciembre, en París, tuvo lugar el XIX Eurovisión Junior. En esta edición España volvió a participar tras los buenos resultados cosechados en Gliwice 2019 y Varsovia 2020, siendo en ambos casos un tercer puesto. El encargado de representarnos fue Levi Díaz, ganador de La Voz Kids, con el tema “Reír” compuesto por David Roma y con dirección artística de la austriaca Marie Sophie Kreissl. Además, en el caso de España, esta candidatura era una toma de temperatura para la nueva delegación en Eurovisión, liderada por Eva Mora.

El festival estuvo muy reñido, con actuaciones de mucho nivel donde los jurados tuvieron que deliberar profundamente a quién otorgar sus puntos. Finalmente, tras los resultados de los diferentes jurados nacionales y el desglose del televoto, Armenia se alzó con la victoria. Desde nuestro punto de vista, la competición estaba reñida entre las candidaturas de Armenia, Polonia, Francia, Georgia y Azerbaiyán, y parece que llevábamos razón pues fueron las cinco más votadas. Es importante analizar que, dentro de Eurovisión Junior, existen dos tipos de candidatura: las que ven el Festival como un concurso para niños – donde encontramos a Francia y Georgia – y las que lo ven como el paso previo a Eurovisión Sénior – Armenia, Polonia y Azerbaiyán -. Pasemos a analizar estas cinco propuestas, además de la española:
- “Qami Qami (Viento, Viento)” – Maléna (Armenia): La candidatura Armenia, desde el primer momento, dio que hablar entre los seguidores del Festival pues caló hondo enseguida. Llamó la atención ver como la dirección artística de Armenia optó por la mezcla de rosa y azul para la iluminación, mezcolanza muy utilizada en Rotterdam el pasado mes de mayo (Croacia, Israel, Polonia, Australia o Moldavia, entre otros). Sin duda, la victoria de Armenia fue merecida al tener una candidatura sólida y pegadiza y, además, teniendo en cuenta la delicada situación por la que pasa Armenia actualmente respecto a la guerra del Alto Karabaj contra Azerbaiyán.
- “Somebody (Alguien)” – Sara James (Polonia): Polonia se ha convertido en un peso pesado del Eurovisión Junior pues, en 2019 y 2020, se alzó con el primer puesto y, en 2021, se hizo con la medalla de plata. Es curioso como un país con tan buena trayectoria en la edición para niños tenga unos resultados tan mediocres en el Sénior (desde 2017 sin pasar a la final). Sara James defendió una muy buena candidatura que, al igual que Armenia, jugaba con las tonalidades rosas y azules. Desde nuestro punto de vista, un segundo puesto muy merecido.
- “Tic-Tac” – Enzo (Francia): Enzo partía como el favorito según la opinión de los periodistas, y es que no era para menos cuando contaban con una de las mejores escenografías de toda la edición. Fresco, despreocupado y disfrutón, Enzo defendió “en casa” la que era, sin duda, una de las candidaturas más fuertes quedándose con un tercer puesto que, viendo el nivel que había, no era moco de pavo.
- “Let’s count the smiles (Contemos las sonrisas)” – Niko Kajaia (Georgia): Sin duda alguna, la favorita de la persona que suscribe estas palabras. Pegadiza, juvenil y divertida, el pequeño georgiano defendió una de las candidaturas más completas del Festival. La puesta en escena jugaba con unos patrones y colores que podríamos tachar de “sesenteros” que, acompañado de una coreografía graciosa y sencilla, hizo de esta canción un caballo ganador para muchos. Niko estuvo acompañado de dos bailarinas que, pese a su corta edad, pusieron la guinda a una actuación, bajo nuestro punto de vista, de 10. No olvidemos que Georgia es el país que más veces ha ganado el Junior y demuestra, año tras año, haber comprendido a la perfección el concepto del Festival. Ojalá tuviese la misma trayectoria en el Sénior.
- “One of those days (Uno de aquellos días)” – Sona Azizova (Azerbaiyán): Sona defendió lo que fue, casi con rotundidad, uno de los “Dark Horse” de la noche (en “terminología eurovisiva”, el “Dark Horse” es aquella canción que pasa desapercibida pero luego, inesperadamente, cosecha un gran resultado). Esta candidatura era la más conservadora y madura, pues era un baladón de manual dentro de Eurovisión. Azerbaiyán convenció a jurados llevándose un total de 151 puntos y la máxima puntuación de dos jurados: Italia y Ucrania. Si fuésemos Azerbaiyán guardaríamos a buen recaudo el nombre de Sona Azizova para cuando pueda participar en el Sénior pues, de hacerse bien, podría significar la segunda victoria para el país caucásico. Una de las mejores candidaturas de la edición.
- “Reír” – Levi Díaz (España): Aquí sacamos todo el orgullo patrio que tenemos pues no es para menos. Sí es verdad que no fue el resultado esperado, viendo la trayectoria de España en el Festival Junior (siendo, impresionantemente, de las mejores). Levi hizo bailar a toda la Seine Musicale con su canción que, lamentablemente, no convenció a la audiencia tanto como debiera pues termino en un 15º puesto, siendo el peor resultado de España en el Festival. No obstante, nuestra opinión es clara: la candidatura estuvo a la altura tanto a nivel vocal como artístico.

Desde nuestro punto de vista, podríamos interpretar este resultado como un jarro de agua fría para la nueva delegación. No obstante, creemos que el trabajo se ha desarrollado bien: una candidatura con sello propio, alegre y pegadiza y, sobre todo, en una edición donde existía un gran nivel. Esperamos que el año que viene, a parte de volver a formar parte del Festival, obtengamos un mejor resultado sin perder las ganas de triunfar.
Esta edición ha estado marcada por una gran variedad: desde mensajes pacifistas como los de Alemania o Bulgaria, hasta mensajes contra el bullying(tema muy presente entre los más jóvenes) de Albania o Italia, pasando por mensajes ecologistas de las “Green Forces (fuerzas verdes)” de Macedonia del Norte. Destacamos también candidaturas como Portugal y su “O Rapaz (El joven)”, quien sorprendió siendo tercera en televoto, por delante de favoritas como Francia en esta modalidad. Irlanda, que obtuvo un resultado peor de lo esperado a pesar de su originalidad; Serbia y sus gemelas, que nos invitaban a ver la vida desde los ojos de un niño; Países Bajos, con toques japoneses; o Ucrania y Olena Usenko que, a ojos del jurado español, fue la mejor de la tarde.
Por lo tanto, a título personal, hemos presenciado una de las mejores ediciones del Junior, a nivel musical y artístico, que se recuerde. Confiamos en que España vuelva a la trayectoria inicial y, sobre todo, que no se desilusione la delegación española pues, por primera vez en años, no podemos poner una pega a cómo se ha desarrollado la candidatura. Queda en el aire si se desarrolla en Ereván o en alguna ciudad armenia pues, a diferencia del Sénior, en el Junior no han de ser anfitriones los ganadores si no lo consideran oportuno. No obstante, sea en Armenia o no, lo importante es que mantenga su esencia: derribar prejuicios y fortalecer la hermandad de los más jóvenes, independientemente de su nacionalidad.
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